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miércoles, 7 de julio de 2010

La 'Justicia Histórica'

Apenas lo podemos creer pero estamos en semifinales del Mundial... con lo mal que comenzó. Superada la 'bendición de cuartos' (ver anterior entrada), el siguiente escalón es algo nuevo, pero no tanto. Nunca hemos jugado unas semifinales de cita mundialista pero sí unas semifinales de Eurocopa, en dos ocasiones. Los nervios no nos deben traicionar. La última semifinal fue contra Rusia en 2008 y, aunque la primera parte fue complicada, acabó con un 3-0 para La Roja. Esperemos que ese mismo espíritu reine hoy.
Alemania es un rival muy duro, quizá el más duro de todos, por lo que, de ley, es una final anticipada... mal situada en los cruces. Los teutones no son los mismos que hace dos años... Tienen a un tal Ozil que juega a ser Iniesta, un tal Khedira que juega a ser Xabi Alonso y un tal Müller que juega a... Gracias a Dios que hoy no jugará porque ¡vaya tío! Pero, además de eso, tienen a un Klose y un Podolski que no dan una patada al balón en la Bundesliga y llega el Mundial y se hinchan a meter pases y goles... No lo entiendo... Quizá es aquello que dije del espíritu de campeones que les entra cuando se enfundan la elástica de su selección.

De cualquier forma, debemos tener fe en nuestros jugadores. Han demostrado que saben sufrir y ganar, superando barreras infranqueables de siete jugadores metidos en el área... de penaltis no pitados... de lanzamientos desde los 11 metros en contra... de repeticiones de los que se tiran a favor sin explicación... de puntos en la ceja, en el labio, o en la nariz... De todo ello hemos salido vencedores. Hemos roto las murallas defensivas... No hemos necesitado los penaltis no pitados... Se ha parado el que nos llegó en contra... A pesar de fallar en la repetición del nuestro, llegó un 'Villa-r' a tres bandas para arreglarlo... Las heridas se curan y no nos lesionan... Está siendo nuestro momento. Hay que aprovecharlo. Ahora toca demostrar que, además de aprender a sufrir, también sabemos jugar al fútbol mucho mejor que ellos.

Estamos comprobando que, después de muchas injusticias en anteriores ocasiones, este Mundial está siendo el de la 'Justicia Histórica'. Antes, Brasil o Italia siempre llegaban lejos aunque juntaran a un grupo de tuercebotas o pasaran las eliminatorias a penaltis sin pena ni gloria. Antes, ni Paraguay, ni Uruguay, ni Ghana, podían hacerle sombra a Inglaterra. Antes, los entrenadores más polémicos y más irrespetuosos con el rival acababan ganándole. Antes, el que vendía la piel del oso antes de cazarlo no se iba para casa... excepto España. Antes, una mala actuación arbitral condicionaba el pase de ronda. Eso ya no está pasando. Ahora, si Italia juega mal cae eliminada, última en la fase de grupos. Ahora, si Inglaterra no hace buen papel se marcha, tras ser vapuleada. Ahora, si a Brasil se le hincha el pecho creyendo que va a ganar sólo porque son 'La Canarinha', llega Holanda y le baja a la tierra. Ahora, si Maradona dice que los alemanes no saben jugar al fútbol y que ellos sí y se lo demuestran en la cancha, pasa justo lo contrario. Ahora, si un árbitro guatemalteco, de cuyo nombre no quiero acordarme, se empeña en que España tiene que ser eliminada en cuartos de final, acabamos pasando igual. Ahora, equipos como Uruguay, Ghana o Paraguay, llegan bastante lejos porque se lo merecen. Los que alcanzaron las semifinales han respetado al rival y han apostado por el fútbol... y eso, ahora, se ve premiado. Holanda está en una final 32 años después. Alemania llegó a la final en 2002, aunque la perdiera. España lleva toda su vida sin jugar una final. ¿Hacía quién tirará la Justicia Histórica esta noche?

Vuelvo a hacer el mismo camino en autobús contando las banderas y ya me salen más de 205... sin buscarlas mucho. Se han batido todos los récords de ánimo a La Roja... pero se pueden batir aún más. Aparte de en las banderas, hoy me he fijado en las caras de la gente... de la señora que baja a por el pan... del abuelo que pasea con su bastón, despacio pero seguro... del niño que sorbe un flash con la mirada perdida... del hombre de mediana edad que trabaja con la 'espada de Damocles' del paro tras su cabeza pensando en que no le falte nada a su familia... Todos ellos tenían la misma mirada... brillante, cristalina, llena de ilusión. Todos ellos tenían la misma sonrisa... la de aquel que sabe que, incluso antes de jugar hoy, ya nos hemos ganado el respeto y la admiración. Pase lo que pase hoy, hay que estar orgullosos de La Roja... pero... PODEMOOOOOOOOOOS.

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