La segunda de las ocasiones llegó nada menos que 52 años más tarde, el 22 de junio de 1986, cuando el estadio de Puebla, en México, acogió el partido contra Bélgica. Después de ir perdiendo más de medio partido, Señor empató casi al final para irnos a la prórroga. Llegaron los penaltis y Eloy Olaya tuvo la desgracia de errar en su lanzamiento. Los belgas no lo hicieron y nos dejaron fuera.
Ocho años después, concretamente un caluroso 9 de julio de 1994, en el estadio Foxboro de Boston, en Estados Unidos, de nuevo, nos encontramos contra los italianos. Después de que Dino Baggio marcase para Italia y Caminero consiguiera empatar el encuentro a un tanto, se llegó a los minutos finales, donde Julio Salinas tuvo una ocasión clarísima frente a Gianluca Pagliuca, que falló estrepitosamente. Un minuto y medio más tarde, un contragolpe de Roberto Baggio acabó en gol de Italia, con España volcada buscando la victoria.
La cuarta ocasión que jugamos unos Cuartos de Final de Mundial de Fútbol fue en 2002, el 22 de junio, en el estadio de Gwangju (ahora Guus Hiddink) de Corea del Sur. El partido contra los anfitriones asiáticos no nos dio más que problemas, empezando por lo intempestivo del horario: 8:00 de la mañana hora española, y acabando por el descarado favoritismo mostrado por el trío arbitral comandado por el egípcio Al-Ghandour. Nos anularon un gol completamente legal de Morientes a pase de Joaquín que, por arte de 'birli birloque', convirtieron en saque de puerta sin que el balón traspasara la línea de fondo en ningún momento. Llegados los penaltis, la mala suerte histórica de la selección hizo el resto, con Joaquín, de nuevo, como protagonista.
La quinta vez es hoy, sábado 3 de julio de 2010, contra Paraguay. Sin embargo, en esta ocasión ya no toca hablar de 'La maldición de Cuartos'... hay que cambiar el chip. Está demostrado que la mentalidad positiva en bloque puede modificar la historia. Es por ello que hoy os vuelvo a pedir que confiéis en que, esta vez, será la 'Bendición de Cuartos', la que nos lleve, por primera vez en nuestra historia, a una semifinal de un Mundial de Fútbol. En este sentido, cabe recordar que en 1950 acabamos cuartos de la cita mundialista, sí, pero sin pasar por rondas eliminatorias, ya que hubo clasificación directa por fase de grupos. Esto quiere decir que, de ganar a los guaraníes, este grupo de 23 gladiadores habrá escrito una página con letras de oro.
Reitero que no se debe vender la piel del oso antes de cazarlo... nunca... porque tenemos un historial de 'zas' en toda la boca que nos han servido como lecciones marcadas a fuego. Sin embargo, eso debe darnos aún más fuerza y esperanza de conseguir lo que todos ansiamos... aunque sólo sea por una vez en la vida. Que las banderas en los balcones sean más de 200, 1.000, 500.000... 42 millones. La Roja somos todos y podemos empujar el balón dentro de una portería de la que estarán colgados los 11 jugadores paraguayos, hecho reconocido por ellos mismos. En un Mundial que está haciendo justicia histórica, otro paso de la misma sería castigar el antifútbol y premiar a los que quieren tener el balón y jugar a este deporte, no destruirlo... pero no hay que confiarse porque las injusticias, por desgracia, siempre regresan.
Por eso, hoy, hay que recordar la cara de los jugadores de 1934 que, tras empatar, quedaron apeados en un partido de desempate... La de Luis Enrique, llorando y con la nariz rota por el codazo de Tassoti en 1994 que el árbitro tampoco quiso ver... La de Helguera, desesperado, quejándose al colegiado tras haber sido 'robados' en Corea en 2002... Hay que recordarlas... y empezar a borrarlas de nuestra mente porque no pueden repetirse. Otra vez no.... PODEMOOOOOOOOOOOOOS.
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